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ECONOMIA CIRCULAR

SALMONES CAMANCHACA y MOCHACÓ, una alianza que potencia la Economía Circular en la Patagonia

Ambas compañías tomaron conciencia de la importancia de adoptar prácticas sostenibles y asumieron un compromiso para convertir los residuos textiles en moda justa hecha a mano por artesanas locales.

La economía circular y el reciclaje surgieron como respuestas a los desafíos ambientales y económicos que comenzó a tener la humanidad con la industrialización de los procesos productivos.

Este modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos, todas las veces que sea posible para crear un valor añadido, se ha convertido en un imperativo para lograr eficiencia económica y, al mismo tiempo, cuidar el medioambiente y a las comunidades.

Salmones Camanchaca, una empresa acuícola con operaciones en la región de Los Lagos, es pionera en la implementación de economía circular y reciclaje para mitigar el impacto ambiental de la industria y promover la sostenibilidad.

“Tenemos varios compromisos públicos que hemos hecho en materia de sostenibilidad. El primero que hicimos, en el año 2019, fue ser carbono neutral en nuestras emisiones de alcance 1 y 2”, explica Alfredo Tello, gerente de Sostenibilidad de Salmones Camanchaca».

Este compromiso de tener cero huellas en los Alcances 1 y 2 al año 2025, también busca reducir en un 50% el uso de antibióticos en sus peces. “En las dos materias hemos ido avanzando y se han ido cumpliendo los hitos que nos hemos puesto”, agrega.

En esta búsqueda por ser una empresa ejemplo en sustentabilidad, Camanchaca también apunta a valorizarse en las comunidades donde opera. “Queremos tener la capacidad de generar licencia social, es decir, que nosotros podamos ser vistos como un actor responsable dentro el territorio, para que podamos, no solamente desarrollar nuestra operación de una manera tranquila y armónica con nuestros vecinos, sino que, eventualmente, tener licencia para prosperar en proyectos futuros y que las comunidades estén de acuerdo y nos den el OK para poder hacerlo”, señala el gerente de Sostenibilidad.

COLABORACIÓN ESTRATÉGICA

Los Lagos es una de las regiones más prósperas y ricas en recursos naturales de Chile, sin embargo, también enfrenta importantes desafíos medioambientales. Salmones Camanchaca vio en Mochacó, un emprendimiento que convierte residuos en moda justa hecha a mano por artesanas de la Patagonia, al socio perfecto para tomar esta tarea.

Ambas compañías tomaron conciencia de la importancia de adoptar prácticas sostenibles y asumieron un compromiso firme con la economía circular y el reciclaje para reducir la huella ambiental y contribuir a la reutilización de la ropa que desecha la salmonera.

“Parte de la ropa de nuestros trabajadores, después de los ciclos productivos terminaba en un en un galpón. Estaba ahí arrumbada, esperando que se hiciera algo con ella. Quisimos trabajar con ellos porque son una empresa de innovación social muy interesante, que busca mezclar el diseño de alto nivel con hacernos cargo de los desechos que genera la industria. Así llegamos a esta propuesta de revalorizarlo y dejar algo en el territorio”, comenta Alfredo Tello, gerente de Sostenibilidad en Salmones Camanchaca.

En lugar de adoptar un enfoque de «usar y tirar», la empresa está trabajando para implementar reducción y reutilización. Esto implica el desarrollo de estrategias para darle valor a materiales utilizados y desechados en sus operaciones: como el uso de textiles.

Para Manuel Astudillo, fundador y director creativo en Mochacó, este proyecto de rehabilitación de residuos textiles, de alguna manera, se convierte en un programa educativo para toda la comunidad.

“Es un proyecto piloto que revaloriza los residuos textiles de los pontones del estuario de Reloncaví. Los residuos textiles tienen algo muy importante, que es transversal a todas las personas, porque todos los generamos”, señala Manuel, agregando que “este proyecto nos dio la oportunidad de hacer algo original con las artesanas y la comunidad, y estamos haciendo lo posible por comunicárselo a todo el mundo para que este sea un ejemplo de que la ropa y los residuos textiles, se pueden convertir en cosas bacanes, sobre todo en comunidades que tienen tanto arraigo cultural con el tejido”.

EJEMPLO DE INNOVACIÓN

“Nosotros teníamos una necesidad y ellos una solución. Lo mezclamos y generamos valor compartido en Cochamó”, afirma Alfredo Tello, gerente de Sostenibilidad en Salmones Camanchaca; mientras que Manuel Astudillo, fundador de Mochacó, suma: “Por requerimiento de Camanchaca, trabajamos con las artesanas de Cascajal, Isla Marimeli y Sotomó. Estamos a puertas de hacer la presentación del diseño y dar el inicio a la producción”.

Este proyecto es una cadena de valor participativa y colaborativa que inicia con la salmonera, pero también con la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Cochamó, para contactar a las artesanas tejedoras a crochet, de la mano del Departamento de Relacionamiento Territorial de Camanchaca.

“En esta cadena de valor están las artesanas manufacturando en un modelo de comercio justo y de transparencia, que quiere decir que las utilidades de Mochacó no puede ser superiores a los honorarios de las artesanas. Desde ahí construimos relaciones a largo plazo sanas y de confianza”, asegura Manuel.

CARBONO CERO

“Nosotros no vemos la sostenibilidad como un lugar donde uno llega en algún minuto, sino que es algo que se va desplazando hacia adelante y es un compromiso permanente con ir moviendo la frontera de lo que creemos que es posible”, señala el gerente de Sostenibilidad en Salmones Camanchaca.

Parte de su estrategia de carbono cero fue cambiar el contrato corporativo de electricidad con Colbún, para que toda la energía que se les proporcione venga de fuentes renovables.

“El segundo, que lo terminamos a fines del año pasado, fue cambiar la electricidad que usamos en la piscicultura de recirculación que tenemos en Petrohué, donde producimos los Salmones Atlánticos que luego van al mar. Reemplazamos en un 100% el uso de diésel por energía renovables”, destaca.

Con esas dos cosas, Salmones Camanchaca bajó cerca del 25% sus emisiones. A esta estrategia, se suman otros proyectos que tienen que ver con ajustes operacionales que permitan hacer más reducciones en el tiempo.

“La estrategia, en el corto plazo, es compensar esas emisiones con bonos de carbono para llevar a cero nuestra huella neta, pero en el tiempo queremos lograr que el porcentaje de nuestra meta de carbono neutralidad, que es atribuible a compensación versus reducciones reales, se vaya invirtiendo, es decir, que nosotros vayamos reduciendo más y compensando menos”, afirma Alfredo Tello.

Camanchaca ha asumido la responsabilidad de abordar los desafíos ambientales asociados con la industria salmonera en la región de Los Lagos. A través de la implementación de prácticas de economía circular y reciclaje, la empresa está demostrando su compromiso con la sostenibilidad y la preservación del medioambiente.

Para lograr una economía circular plenamente efectiva, es necesario el compromiso conjunto de todas las partes interesadas, incluidos los gobiernos, las comunidades locales y los consumidores, para crear un ecosistema más resiliente y sostenible para las generaciones futuras.

 

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