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Tinta sustentable con bacterias patagónicas: la apuesta de Patagon Fiber para transformar la industria textil

Desde el corazón del sur de Chile, surge una innovación que podría transformar la industria textil global: una tinta sustentable con bacterias patagónicas. Esta historia mezcla ciencia, creatividad y propósito, y tiene como protagonista a Patricia Breit-Fronzig, una emprendedora que, desde Osorno, se atreve a cambiar la moda utilizando microorganismos que habitan en los rincones más silvestres de la Patagonia.

Patricia Breit-Fronzig es diseñadora industrial y lleva más de quince años construyendo emprendimientos con sentido. Comenzó su camino en el mundo del vestuario corporativo, donde poco a poco fue comprendiendo el impacto que tiene la industria textil sobre el planeta. Esa incomodidad se convirtió en motor de cambio. Fue ahí cuando supo que no quería ser parte del problema, sino de la solución. 

Esa inquietud la llevó a crear Lugonia, una marca de ropa infantil lúdica, creativa y socialmente responsable. Prendas interactivas para niños y un modelo productivo que incluía a mujeres que trabajaban desde sus casas formaban parte de un emprendimiento que rápidamente ganó reconocimiento en Chile y Latinoamérica. Pero Patricia no se detuvo ahí. En uno de sus viajes a Ecuador, donde presentó su proyecto, descubrió innovaciones textiles hechas con desechos agrícolas. Y como suele ocurrir con las grandes ideas, algo se encendió. 

A su regreso, nació la inquietud de crear un nuevo material textil sostenible desde Chile. Fue el inicio de Patagon Fiber, una startup que en sus primeros pasos fue incubada en Austral Incuba y un SSAF de CORFO. Sin embargo, el camino de la innovación es impredecible, y pronto el foco inicial mutó hacia un descubrimiento aún más prometedor: la posibilidad de desarrollar tintas a partir de bacterias. 

La idea nació mientras visitaba un laboratorio, donde observó una investigación sobre bacterias que naturalmente coloreaban la carne del salmón. “Si pueden dar color a los alimentos, ¿por qué no a los textiles?”, se preguntó. Así comenzó una etapa intensa de validación científica, formulación de hipótesis y desarrollo de prototipos, que transformaría a Patagon Fiber en una de las pocas empresas en el mundo en trabajar con tintas microbianas.

Las tintas llamadas “Inkdomita”, desarrolladas por el equipo liderado Patricia Breit-Fronzig STARTUP VC MAGAZINE 33 STARTUP por Patricia son producidas por bacterias patagónicas, que generan pigmentos naturales, no contaminan, y además pueden reproducirse en ambientes controlados sin necesidad de grandes recursos hídricos o terrenos agrícolas. A diferencia de los tintes vegetales, estas tintas son escalables, estables y certificables, una ventaja enorme en mercados internacionales donde las exigencias ambientales son cada vez mayores.

El proceso no ha sido fácil. Requirió levantar fondos públicos y privados con inversionistas ángeles, instalar un laboratorio, contratar científicos, y participar en programas de aceleración especializados en biotecnología, como The Ganesha Lab. Fue gracias a estos esfuerzos que Patagon Fiber logró asistir a ferias internacionales como Future Fabrics Expo en Londres, y captar la atención de desarrolladores de materiales sostenibles que trabajan con marcas como Nike, Adidas, Stella MacCartney, entre otros.

Hoy, se encuentran en conversaciones para lanzar pilotos de estampado y packaging con empresas tanto locales como internacionales, además de sacar una línea corporativa de poleras y merchandising brandeadas con las tintas “Inkdomita”. 

Patricia ha sido reconocida como una de las 10 mujeres líderes en tecnologías para el clima en Latam y una de las 3 mujeres de Chile por Savia Lotus Awards, 2° lugar en Premios Verdes Miami 2022, finalista Avonni 2021, entre otros reconocimientos durante su trayectoria, su empresa sigue creciendo. Pero lo que realmente la mueve no son los premios, sino el propósito.

Desde Osorno y Puerto Varas, lidera un equipo que no solo busca cambiar cómo se estampa para dar diseño a la ropa, sino cómo se hacen los negocios: con colaboración, conciencia ambiental, impacto social y mucho coraje.

Actualmente, Patagon Fiber está en pleno proceso de levantamiento de la ronda seed para la entrada a mercado nacional e internacional. Hoy se han convertido en una plataforma de innovación con proyección internacional, que no solo produce tinta, sino también desarrolla nuevos productos, fabricados con microorganismos de la Patagonia. 

La visión de Patricia es clara: transformar la industria desde los territorios, aportar a los objetivos de sostenibilidad de empresas en distintos sectores, y demostrar que, desde regiones, y especialmente desde el sur de Chile, también se puede liderar innovación con impacto global. Su historia es prueba de que el talento, la perseverancia y una idea bien arraigada en valores con un buen equipo multidisciplinario pueden convertirse en una revolución. 

“Fundar una empresa de base científica fue una locura, totalmente desconocida, vi un enorme problema en la industria textil y sentí coherencia en tomar acción y ser parte del cambio. La incertidumbre, los tiempos que han tomado esta innovación han sido un camino desafiante, enfrentándome a momentos de mucho miedo, que considero normal que ocurra, por eso no he parado de dar pasos y miradas hacia adelante, veo y busco oportunidades en todos lados, una convicción clave para sostenerme en momentos de turbulencias, me aseguro de buscar ayuda con quienes han experimentado algo similar y co crear un plan para lograr el siguiente hito que nos llevará a mercado, con un producto tremendamente atractivo para las grandes marcas de moda mundial”. 

Desde VC Magazine, celebramos este tipo de emprendimientos liderados por mujeres que nacen desde lo local pero piensan en lo global. Que toman algo tan invisible como una bacteria y lo convierten en una herramienta de cambio. Que demuestran que otra moda —y otra forma de hacer empresa— es posible. Y es en esa visión donde Patricia Breit-Fronzig, junto a su equipo, ya está dejando una huella profunda. No con tinta convencional, sino con tinta de futuro. Con ciencia hecha en casa. Con propósito en cada gota.

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