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HABLEMOS DE COOPERAR

Cooperativa de industrias creativas en el sur de Chile: el modelo colaborativo de MIC Medios

En el corazón de la Región de Los Lagos, un grupo de comunicadores, cineastas, fotógrafos y periodistas
decidió dejar atrás el trabajo fragmentado y levantar, desde la asociatividad, un modelo que diera vida,

En el sur de Chile, MIC Medios se ha consolidado como una cooperativa de industrias creativas que impulsa la inclusión financiera, el trabajo colaborativo y la sostenibilidad en el rubro de la comunicación. Desde la Región de Los Lagos, reúne a comunicadores, cineastas, fotógrafos y periodistas que apuestan por un modelo asociativo con impacto territorial.

Estructura y sostenibilidad a sus ideas: así nació MIC Medios, la Cooperativa Nuevos Medios e Industrias
Creativas. Lo que comenzó como una serie de colaboraciones esporádicas entre colegas se transformó, en 2023, en una organización formal que hoy busca posicionarse como un referente en comunicación, producción y cultura desde el sur de Chile.

“MIC es una cooperativa que agrupa a profesionales que trabajan en industrias creativas. Lo interesante es que somos personas de distintas comunas y provincias de la región”, explica Guillermo Donix Canales, periodista y presidente de MIC. El grupo, que venía trabajando juntos hace años, encontró en la forma cooperativa una vía para consolidar redes, establecer una gobernanza colectiva y proyectar trabajos de mayor alcance. Gracias a fondos destinados a apoyar a organizaciones de la economía creativa, pudieron formalizarse legalmente e iniciar un camino que hoy los tiene activos en distintos territorios y formatos.

El modelo cooperativo no fue una elección al azar. Fue, más bien, una decisión coherente con la forma en que este grupo entendía su trabajo: colaborativo, horizontal, interdisciplinario. “La industria creativa necesita mucho trabajo en equipo, muchas alianzas, muchas redes. Ya trabajábamos así, pero necesitábamos una estructura que nos permitiera hacer cosas más grandes, llegar más lejos, abarcar más”, cuenta Guillermo.

La transformación fue evidente. Si antes se reunían esporádicamente según el proyecto de turno, ahora la
dinámica cambió por completo: “Tenemos reuniones semanales, aunque sean virtuales. Hay conversaciones permanentes, sabemos qué están haciendo los demás y estamos mucho más conectados con el territorio. Eso lo permitió la cooperativa”.

Actualmente, MIC cuenta con ocho socios —cinco hombres y tres mujeres— que se desempeñan en distintas disciplinas de la comunicación. Desde el audiovisual hasta el diseño, la locución, la prensa escrita, la producción de eventos, redes sociales y más. Esta diversidad es parte de su riqueza, pero también representa un reto: cómo ordenar una propuesta que abarca tanto sin perder foco. “Cuando nos preguntan qué hacemos, es difícil resumirlo. Abarcamos tanto que a veces hay que poner límites para poder explicar”, señala Guillermo entre risas.

La cooperativa no solo ha permitido mejorar la articulación de proyectos, sino también abordar brechas
históricas del rubro, como la falta de formación en áreas de gestión, tributación o administración. “Teníamos una gran falencia en lo tributario. No sabíamos de balances, remanentes o estructuras contables. Pero con el tiempo nos hemos capacitado, sobre todo en los aspectos que una empresa —porque una cooperativa también es una empresa— necesita dominar para ser sostenible”, agrega.

La relación con entidades como la División de Asociatividad y Economía Social (DAES) del Ministerio de
Economía ha sido clave. Esta vinculación no solo les ha permitido recibir asesoría, sino también entender las obligaciones formales que implica llevar adelante una cooperativa: actas, directivas, reuniones formales,
reportes. A esto se suma el aprendizaje técnico en áreas que hoy dominan con mayor fluidez, como el manejo de streaming, la producción técnica de eventos, el diseño web y la gestión editorial.

Uno de los puntos que destaca MIC es la capacidad de su modelo para generar sinergias territoriales. Denis,
socio fundador e inspector de cuentas, comenta desde la Pinacoteca Municipal de Osorno: “Yo soy de Osorno y nunca pensé trabajar en Chiloé o en Frutillar. La cooperativa te abre ese espacio. Nos ha permitido expandir nuestras posibilidades geográficas y también revalorizar nuestro trabajo”.

Este impulso territorial se refleja en eventos como ExpoCOP 2023 y 2024, ferias del libro organizadas con el
municipio de Frutillar, y diversos documentales y producciones de largo aliento que han dejado huella en la
región. Pero si bien el volumen de trabajo ha crecido, aún enfrentan el desafío de consolidarse como empresa formal. “Hemos trabajado harto, pero muchas veces con una lógica antigua: se vende un proyecto, se reparte lo ganado y se sigue. Ahora queremos que la cooperativa tenga espalda económica, que tenga utilidades y pueda sostenerse por sí sola”, plantea Denis.

En ese contexto, uno de los grandes pasos recientes fue adjudicarse un fondo de fortalecimiento de Sercotec. Este proyecto les permitirá cambiar el enfoque de generación de negocios. “Hasta ahora, los socios traían los proyectos desde sus contactos. Ahora queremos que la cooperativa tenga vida propia, que sea la entidad la que salga al mercado a buscar oportunidades”, afirma Guillermo. Este giro implica profesionalizar aún más la marca, establecer metas claras, diversificar ingresos y lograr que el trabajo administrativo deje de ser voluntario para transformarse en empleo digno y remunerado.

Como parte de este camino, tres de sus socios se certificaron en un diplomado sobre cooperativismo social y sostenible dictado por OrigoLab y financiado por Corfo. El aprendizaje obtenido les permite hoy no solo
ordenar mejor su estructura interna, sino también proyectar estrategias de sostenibilidad a largo plazo. “La
sostenibilidad no es solo ambiental, es también económica. Muchas cooperativas fracasan porque no logran ser sostenibles como modelo de negocio. Estamos trabajando para que eso no nos pase”, enfatiza Denis.

La apuesta por la formalidad ha sido un cambio cultural profundo. “Venimos de una cultura organizacional muy vertical. En el cooperativismo todo depende del compromiso de los socios. Hay que planificar, educarse, asumir responsabilidades y tener visión. No queremos que esto se diluya por falta de estructura”, señala. Y añade: “Uno de nuestros objetivos es que el trabajo que realiza cada cooperado tenga un incentivo claro. Si no hay dinero, que haya formación, acceso a cursos, becas, herramientas para seguir creciendo”.

MIC Medios también se proyecta como un actor con voz propia en la conversación pública. Como
comunicadores, no descartan impulsar campañas por condiciones laborales más justas para el rubro, denunciar precarización y defender el valor de las comunicaciones independientes. Pero saben que para alzar la voz primero deben predicar con el ejemplo. “Queremos que la cooperativa pueda pagar bien, que los trabajos no se regalen. Que el comunicador tenga un trato justo, y que nuestro modelo inspire a otros”, enfatiza Denis.

En paralelo, continúan fortaleciendo su presencia en plataformas digitales como www.migmedios.cl y redes
sociales, donde difunden sus actividades y extienden invitaciones a nuevos socios. “Nos gustaría sumar más mujeres y más profesionales al equipo. Mientras más amplia sea la mirada, mejor será el resultado”, comenta Guillermo.

Si bien reconocen que aún tienen desafíos internos —como reforzar la venta directa de servicios, mejorar la
comunicación entre socios y consolidar el modelo administrativo—, la visión a largo plazo es clara. Quieren que MIC sea una empresa creativa sólida, capaz de generar empleo, contribuir a la cultura regional y demostrar que la economía social no solo es viable, sino poderosa.

“Creemos en el cooperativismo porque te permite crecer sin competir con el de al lado, sino junto a él. Nos da más volumen, más llegada, más oportunidades. Y nos permite seguir haciendo lo que amamos, pero con más dignidad, con más impacto, con más sentido”, cierra Denis.

En tiempos donde los modelos colaborativos cobran fuerza y las industrias creativas buscan nuevos caminos para sostenerse, MIC Medios encarna un ejemplo de innovación desde los márgenes. Desde Osorno, Frutillar y Chiloé, desde cada lente y cada palabra, esta cooperativa demuestra que comunicar también es cooperar.