En este episodio de Hablemos de Cooperar, conversamos sobre cómo La Ciudad Posible ha enfrentado los desafíos administrativos y financieros para fortalecer su modelo como cooperativa de trabajo. Exploramos el valor del cooperativismo, su impacto organizacional y cómo esta figura jurídica impulsa la colaboración, la sostenibilidad y el desarrollo económico con sentido colectivo.
La cooperativa chilena sostenibilidad territorial es un modelo que busca unir la colaboración y el desarrollo sustentable en nuestras comunidades. En La Ciudad Posible, como una cooperativa chilena sostenibilidad territorial, trabajamos en proyectos que promueven la innovación social y la protección del medio ambiente. Este enfoque de la cooperativa chilena sostenibilidad territorial permite crear impacto positivo en los territorios y generar nuevas oportunidades económicas. La experiencia de nuestra cooperativa chilena sostenibilidad territorial nos ha demostrado que la cooperación es clave para enfrentar desafíos ambientales y sociales. Por eso, la misión de esta cooperativa chilena sostenibilidad territorial es consolidar un modelo de negocio que combine lo económico con lo ecológico, siempre con la participación activa de las comunidades locales.
La Ciudad Posible parte de su historia en el 2015, conocimos a Alejandro Jurado, uno de los fundadores de La Ciudad Posible en Argentina y nos invita a esta historia de poder crear esta organización en Chile. Ellos partieron en Argentina y con este desafío empezamos a identificar profesionales, compañeros de trabajo que compartían un propósito común, que era poder contribuir con la sostenibilidad, y eso muy vinculado a los territorios y comunidades.
Así que así, en el año 2016, con un fondo de Sercotec, nos constituimos como cooperativa. Los socios fundadores están Claudia Jiménez, que es diseñadora, Alan Fox, que es arquitecto, también diseñador, Donatella Fucaro, que es bióloga, Nicolás Maturana, antropólogo, y yo, que soy ingeniera ambiental. Cada uno con diversas experticias, también hemos trabajado en distintos lugares, que teníamos la convicción de que podíamos contribuir con un impacto positivo, pero sobre todo con mucha motivación de los proyectos y las iniciativas que podríamos impulsar en esta organización, y por supuesto con la conexión muy estratégica con Argentina, que ya llevaban años de trayectoria y con proyectos muy interesantes que también tuvimos la posibilidad de poder conocer con más detalle y poder ir incorporándolos poco a poco en la realidad nacional.
¿Y por qué cooperativa? Porque nos interesaba tener una democracia, no solo una democracia interna, sino que también compartir la propiedad de la organización, que nos hiciera de esa forma sentido a todos y que todos se sintieran convocados a trabajar por estos objetivos comunes que nos trazamos, y por el que nos conocíamos y lo que nos convocaba profesionalmente, que era esta mezcla de protección del medio ambiente con también un sello social importante y territorial.
Exacto, y cada uno de los fundadores venía de fundaciones, de la academia, del servicio público, así que también traíamos como este filtro y esta vocación que había sido trascendente en cada una de las carreras que había desarrollado cada uno de nosotros. Sí, y en un comienzo fue, si bien partimos con un fondo, nos ubicamos en un fondo de Sercotec, que nos ayudó a toda la parte legal, a generar un modelo de negocio, una estrategia de marketing, los primeros años fueron de empezar a conocer y definir un poco cuáles iban a ser las líneas de trabajo, pero también fue una puesta en marcha un poco lenta, porque era la segunda ocupación de todos, porque éramos todos profesionales que nos desempeñábamos en ámbitos hacia los que queríamos converger, pero todavía no teníamos proyectos como para que la orgánica de la cooperativa pudiese autosustentarse, entonces con los años eso fue lográndose.
Y ahí también fue muy interesante conectar con Siesco, que ellos nos acompañaron en la constitución, en el modelo de negocio, y pese a que nosotros teníamos una intención profunda de ser cooperativa, quizás nos faltaban algunos elementos concretos de qué era una cooperativa, así que como un primer acercamiento a esta figura legal, teniendo una madurez de a qué nos íbamos a enfrentar a futuro, con buenos asesores, creo que fue un muy buen paso inicial para entender bien en qué está uno, porque claro, no es una empresa, no es una fundación, y el 2016 que fue el inicio de esto, estábamos en un ecosistema que tenía las cooperativas bastante poco visibilizadas, desde el servicio público a donde postulábamos, de las instituciones bancarias que no entendían qué era esta figura, siempre tuvimos a Siesco en este caso como aliado, como alguien que le podíamos consultar y acompañarnos en este camino que al menos inicialmente no fue tan fácil, por esta decisión que tuvimos que fue quizás prematura para esta constitución de esta figura legal.
Fue una decisión más bien ideológica que técnica, desconocíamos el funcionamiento de las cooperativas, de las posibilidades y los límites de los requerimientos administrativos, de la junta obligatoria, de funcionamiento de la división de empresas de menor tamaño, de entidades de economía, en donde nos embarramos varias veces, ya un poco menos, pero también hemos terminado asesorando a otras cooperativas en los temas administrativos y en las posibilidades que da, y a veces también cómo soltear algunas dificultades, como por ejemplo que las entidades bancarias te reconozcan como sujeto a incluso apertura de cuentas corrientes. Es un tema que de todas maneras se ha ido avanzando estos años.
O los contadores también, que hemos pasado como por diez contadores, ninguno muy conocido en la materia, y claro uno encuentra un experto que cree que conoce perfectamente, pero ha sido un proceso de aprendizaje muy relevante para nosotros. Y también un poco pensando en la historia y cómo hemos ido planteando la organización, ha sido un crecimiento gradual muy cauteloso para poder tener esto como una plataforma que nos permita desarrollar iniciativas, y creo que acá lo fundamental es la motivación profesional que tiene cada uno, la vocación de poder hacer estos proyectos que finalmente pasan de ser un trabajo a ser una, no sé, tener un propósito en el hacer. Y partimos, si bien están estos cinco socios directores actuales, hubo algunos que también fueron entrando y se fueron quedando en el camino.
Así que ahí también me gustaría reconocer que hemos tenido otros socios que hoy día no son parte, algunos de ellos fueron fundadores y que hoy día no nos acompañan, pero sí ha sido un proceso también de aprendizaje. Como decía Nico, no siempre hemos tenido todos los proyectos y las posibilidades de desarrollarlo, entonces eso ha llevado a que ha sido un crecimiento bien pausado, pero también hay algunos socios que también han preferido dar un paso atrás y no seguir en este camino. Como si uno ve la historia, nos constituimos en el 2016 con este proyecto de Sercotec.
Desarrollamos distintas iniciativas, al principio bastantes iniciativas públicas, con mucho foco en el territorio, en las comunidades, en aspectos sociales y ambientales. Se fueron incorporando también algunos proyectos del sector privado y de a poco, principalmente yo que hoy día estoy de gerente de la cooperativa, le fui dedicando más tiempo. Hoy día estoy 100% abocada a la ciudad posible, pero no fue algo rápido, fuimos de a poco, a medida que iban saliendo proyectos íbamos dándole más disponibilidad de tiempo y también en paralelo haciendo crecer al equipo que hoy día tenemos contratado.
No son los socios fundadores, sino que son nuevos profesionales que se han sumado. Pero sí hemos sido muy cautelosos en este crecimiento que las personas que hoy día conforman nuestro equipo, que son piezas fundamentales de la cooperativa, siguen manteniendo el propósito, la convicción y la motivación de cada uno de nuestros proyectos. Porque como se vincula, por ejemplo, con la red de Turberas, hay un propósito común.
Nosotros lo que tratamos de transmitir es que sea un espacio de trabajo, pero con un propósito muy concreto, siendo finalmente una plataforma que nos permite tener un trabajo con sentido y que genere impacto. Y que fue transitando de ser esta segunda ocupación de los directores a ya ser una organización que se autosustenta a través de fondos públicos y privados y que también transitó de lo que cae en las organizaciones de profesionales tradicionales, que es de depender de pequeños proyectos a transformarse en programas. Yo creo que eso es bien importante y es parte del sello que hemos adquirido.
Exacto. Y ese programa lo vamos materializando en entender que hay un propósito detrás de una iniciativa y ya establecido ese propósito, se van a buscar los recursos con distintos aliados. Bueno, La Ciudad Posible hoy día está con un propósito que es contribuir con comunidades y territorios para el desarrollo de economías regenerativas, circulares y bajas en carbono.
Ese propósito se baja en tres líneas específicas, que es desarrollo ecosistémico, circularía de materiales y ciudades resilientes. Y estas líneas, que son bien amplias, que hablan de conservación, de circularía, de gestión de residuos y de cómo se habita una ciudad, las abordamos independiente del programa y la temática con una metodología que parte con un reconocer. Entender las problemáticas desde los actores claves que habitan en este lugar o que habitan esta problemática en particular que se busca solucionar.
De ese reconocimiento se espera tener iniciativas que sean muy pertinentes con cada uno de los ámbitos que buscamos desarrollar. Si, por ejemplo, esa pertinencia y ese desde abajo hacia arriba en el fondo, no llegar con cuestiones preconcebidas, es la que nos permite entrar en territorios que a veces son complejos, como acá en Chiloé. En Chiloé no es llegar y llegar con soluciones que no sean co-creadas, que no sean compartidas, porque hay ciertos rasgos culturales muy marcados.
Entonces eso es parte de nuestra metodología, de nuestra apuesta y convicción, pero también es lo que nos permite acercarnos a cierto tipo de territorio. Y de complejidad. Esa primera fase que siempre la materializamos a través de un diagnóstico, a través de tener muchas entrevistas, de entender la problemática, pasamos a una segunda fase que es el implementar.
Y en ese implementar, con las personas, las comunidades, lo que se fue identificando en la primera fase, se establece una iniciativa piloto o concreta que se ejecuta en conjunto con quienes han sido parte del proceso. Y con eso también se establecen relaciones de confianza, se va entendiendo si esta idea que se co-construyó va tomando los resultados esperados. Y hay un proceso intermedio de ajuste, de entender cuáles son las mejoras que se puede hacer en estas situaciones que, como decíamos, son complejas, que no es uno más uno, dos, sino que hay que buscar distintos caminos.
Entonces, por un lado se estrechan relaciones personales y por otro se van probando herramientas técnicas e implementaciones que dan cuenta de una posible solución a la problemática que se busca abordar en la iniciativa. Y la tercera fase ya es escalar, que trae consigo el poder empezar a involucrar más actores, a permanecer más tiempo en la iniciativa, el ir incorporando nuevos problemas y temáticas a lo que se plantea inicialmente. Y a través de todo este desarrollo, sí tenemos la convicción de que proyectos acotados y cortos son iniciativas que no nos gusta tanto desarrollar porque pasan a ser una consultoría, un proyecto acotado y no con eso nos logramos responder al impacto que buscamos como organización.
Y eso conlleva a que podamos mirar un territorio, por ejemplo Chiloé, y quedarnos con distintas iniciativas durante un tiempo prolongado compartiendo y desarrollando distintos programas. Por ejemplo, acá en Chiloé está el Recovery Transformer, que tiene cuatro líneas, hay una línea de educación ambiental, hay una línea que es de conservación, donde está la red de turberas, hay otra línea de apoyos gestores en la disposición y recolección de residuos domiciliarios, industriales también, y también el apoyo a proyectos de valorización y artesanía circular, que es una mezcla bien bonita que también tiene un trabajo cooperativo con artesanas que mezclan su tradición técnica en Manila con maquinarias y diseños más modernos y materialidades nuevas.
Y con este proyecto ya vamos al quinto año, partimos solo con S.C. Johnson, que es una empresa privada que nos pidió desarrollar esta iniciativa, ahí fuimos conectando con el Ministerio del Ambiente, con una municipalidad, Puceldón en particular, y de a poco se han sumado más aliados, más empresas, Corfo, Gobierno Regional, Coca-Cola, que he estado apoyando a la gestión en particular, y terminamos el año pasado, vamos por más, pero terminamos el año pasado con una limpieza de playas en un día en Chiloé, que logró convocar a 800 voluntarios, a los 10 municipios, y la invitación ahí no fue a, yo no voy a ir a solucionar el problema de los residuos, sino que tú haces una limpieza de playas, sí, en tal fecha, en tal fecha, ¿te parece que lo hagamos este día? Porque vamos a estar con todos los otros municipios este mismo día, entonces fue un trabajo de colaboración y coordinación, que no requirió grandes recursos, sino que sumar a una iniciativa que por todo el tiempo que ya llevamos trabajando con distintas organizaciones, sabíamos que era muy sentido por los municipios y las comunidades, y fue solo coordinar, y estuvimos ahí con una campaña que yo creo que todos los que participamos, desde los municipios, los voluntarios, nosotros mismos como equipo de las organizaciones aliadas, que le dio un sentido a todo el impacto que estamos haciendo, y nos dio también mucha esperanza en que iniciativas de este tipo pueden lograr cosas importantes y que pueden trascender también en el tiempo.
La idea es ir replicándola, que se vaya instalando como prácticas habituales también. Exacto, y iniciativas como esta se hacen a través de la Fundación La Ciudad Posible, el 2019, como cooperativa, toma la decisión de constituirse como fundación para poder ir cubriendo proyectos e invitaciones que teníamos como organización, que tenían un carácter mucho más social, y entendimos que diversificar nuestra figura también nos permitía abarcar y nuevamente contribuir de mejor forma con el propósito que teníamos como organización. Bueno, eso fue otra de las cosas que aprendimos de la cooperativa, porque al momento de constituirnos como fundación, los abogados te preguntan ¿Quién funda? Y en este caso fundaba la cooperativa porque nuestra idea era, a pesar de que iba a ser una figura jurídica nueva y distinta, que mantuviera la coherencia en la copropiedad de las organizaciones y en esta participación activa de sus socios.
Entonces, por eso, la cooperativa es la fundadora por estatutos de la fundación también de la ciudad posible. Desde iniciativas más pequeñas que fue en esta etapa inicial de la cooperativa, hemos tenido sin duda aliados estratégicos que nos han acompañado en esta historia de la cooperativa en particular. Una de ellas ha sido la alianza que hicimos con Coca-Cola con quien ya llevamos el quinto año de trabajo en conjunto con un programa que se llama Conecta, Recicla y Colabora que también hoy día reúne a otras empresas y a otras instituciones que se han sumado a esta iniciativa que lo que busca es que a nivel nacional se pueda contribuir con aquellos gestores, recicladores de base y municipios que desarrollan el trabajo de gestión de residuos.
Y esta iniciativa surge con un desafío que nos plantea esta empresa en particular de poder ir a buscar mucho PET que ellos dejaban como que disponían por el uso de sus envases. Y lo que nosotros le propusimos ahí, más que decir yo te soluciono tu problema, fue hay muchos hoy día que están trabajando para ese propósito solo que tú no los conoces. Y en esta metodología que les decía de conocer, implementar y escalar es que el primer año de este proyecto fuimos a entrevistar cerca de 50 empresas, municipios, recicladores de base para saber dónde estaban, qué necesidades tenían y cuánto PET en particular recuperaba.
Y llegamos a 50 entrevistas, cerca de 5.000 toneladas de PET que en ese minuto se mapearon y que permitió este primer paso a esta iniciativa colaborativa de alianza, donde desde un desafío que tiene una empresa hay una solución que viene de la comunidad, de los territorios y que ahí solo faltaba esta conexión. Faltaba que se conocieran entre ellas, colaboraran y se potenciaran. Hoy día estamos en el quinto año de este proyecto partimos con Coca-Cola con el PET estuvimos también un trabajo con Tetra Pak para estos envases hoy día estamos también incorporando el aluminio con Vol que son empresas que tienen un desafío de recuperación y que están muy interesadas en conectar y en colaborar con quienes son los responsables de contribuir con este propósito común.
Y eso nos ha permitido estar con un despliegue a nivel nacional. Hoy día estamos desde Arica a Chiloé, esperamos el otro año ya estar hasta Punta Arena con distintas iniciativas que están contribuyendo con esta cadena colaborativa de recolección que tiene foco en el desarrollo local de capacidades para desde esa base poder ir aumentando la tasa de reciclaje a nivel nacional. Sí, y el proyecto también refleja muy bien esta conexión que tenemos desde los territorios y en este caso hasta lo corporativo.
Estamos hablando de las metas de reciclaje de Coca-Cola a nivel país pero eso mismo lo conectamos, por ejemplo, aquí en Chiloé con una gestora que partió sin resolución sanitaria ahora tiene resolución sanitaria y no es que todo sea gracias a nosotros pero nosotros catalizamos a veces esa conexión asistencia técnica por cierto y disminuir las brechas de información que hay entre los territorios y entre las instituciones o estos entes corporativos, organizaciones más grandes también. Y la idea de nosotros no es entrar, salir o tener una mirada como solo de asistencia sino que nos gusta ser parte de esos procesos y ir transformando nuestra función. No es que queramos tener un rol como paternalista permanentemente sino que después ser parte de ese ecosistema y a veces también nosotros reconvertirnos y jugar distintos roles dentro de esas cadenas.
Y en ese programa en particular tiene principios, rectores finalmente y uno de esos es visibilizar lo que existe. Para nosotros creo que eso habla mucho de nuestro trabajo como lo queremos enfocar que nosotros generamos ese puente esa visualización de quiénes están haciendo realmente el trabajo que muchas veces queda oculto en cadenas de muchos actores que no permiten llegar a quien es el que está ahí en el territorio haciendo esa pega. Entonces hay un ánimo de visibilizar y conectar directamente a estos actores.
Y lo segundo es que nos ha tocado acá en Chiloé con la red de Turbera, con Isla Bonita que también trabajamos con ellos pero también con este programa de que vamos a aprender. Acá es un aprendizaje colectivo. No nos planteamos como los expertos que vienen a entregar herramientas y que es unidireccional sino que hay un proceso de co-creación, de desarrollo conjunto donde incluso los aprendizajes nos pasa mucho en el proyecto de un gestor conectamos con otro que le sirven estos aprendizajes parte de eso también es incorporado en nuestro equipo y se transforma en una comunidad.
Y creo que eso ha sido muy relevante y que potencia este impacto porque en cada una de las iniciativas que desarrollamos siempre son difíciles de responder. Son desafíos bien importantes y que estamos seguros de que una organización no es posible de resolverla pero muchas organizaciones que miran esa problemática y que quieren trabajar en conjunto tienen muchas más posibilidades de responder en el tiempo y en la forma a esa necesidad y a esa urgencia ambiental que tenemos y que nosotros con un granito de arena esperamos contribuir. Mi nombre es Hermes Vera y somos integrantes de la Radio Turbera de Chiloé desde el 2021, específicamente desde el 7 de abril del 2021 nuestros predios son considerados santuarios de la naturaleza por el Consejo de Ministros y esta red está compuesta de 8 propietarios de predios que destinamos nuestro espacio a la conservación de las turberas que son nuestros principales reservorios hídricos de la provincia de Chiloé.
Y nosotros estamos aportando con 272 hectáreas aquí en Púlpito de conservación, tanto de turberas como bosque nativo. En un total que tiene la Radio Turbera de Chiloé de más de 1000 hectáreas que están protegidas por esta condición. Bueno, estoy también participando en la red del 2021 no, del 2022.
Ok. Bueno, y aquí estamos haciendo haciendo empeño para sacar adelante nuestros objetivos. Este vínculo nace producto de un trabajo que nosotros realizamos en el tiempo y que ellos vieron que estábamos haciendo algo en concreto por la conservación de este ecosistema y que decidieron presentarnos un proyecto de alianza en función de la conservación de este ecosistema.
Y a su vez ellos querían contribuir con un aporte in situ del lugar entendiendo que era necesario dar a conocer también el reciclaje y la reutilización de ciertos productos. Que ayudaban a la conservación de estos ecosistemas de estos espacios en concreto. Y esto nace desde el 2022 en adelante con un proyecto que a nosotros nos pareció muy interesante y además conociendo también los profesionales que están detrás de esta fundación con un trabajo muy muy consecuente con un trabajo muy responsable respetuoso también de nuestras iniciativas decidimos seguir en adelante teniendo esta unión de esfuerzos y de capacidades.
Yo me sumé al trabajo de la Ciudad Posible cuando ya estaban trabajando en la red. Y bueno ha sido muy positivo porque nos han ayudado a valorar de mejor manera nuestros predios con los profesionales que ellos cuentan y con todo el apoyo en cuanto dan una estructura. Partió este conocimiento de ellos con ellos en el año 2021 al final del 2021 y prácticamente bueno en el 2022 específicamente con un equipo humano muy dinámico muy entretenido porque de hecho trabajar en la naturaleza y trabajar con gente que está preocupada de la conservación es estar en la naturaleza y creo que las personas que se ligan a un trabajo que se tiene en este ámbito tienen que ser personas entregadas tienen que ser personas con capacidades especiales con capacidades que nos den el apoyo y la energía para seguir en este trabajo que está entretenido.
Para nosotros trabajar en forma colaborativa en realidad no es novedad acá en la isla porque acá hay un espíritu solidario que es una forma de vida de la isla. Hay muchas redes entonces esta es una red más y aparte que yo desde hace muchos años vengo trabajando con el tema de conservación con otros grupos entonces es como una parte de la cultura. Desde el punto de vista de la colaboración y de la cooperación que tenemos con la Fundación La Ciudad Posible vemos un trabajo en conjunto más allá del tiempo que puede durar un proyecto.
La naturaleza nos demanda estar siempre atentos y adecuarnos a ella en función de las distintas demandas que pueden tener tanto sea lo positivo como lo negativo y eso nos obliga a tener este compromiso primero con la naturaleza y segundo con las personas y las instituciones como en este caso la Fundación La Ciudad Posible. A otros propietarios que cuenten con este tipo de ecosistemas a sumarse a estas actividades porque el tema de la extracción no es el único fin de la estolvera. Hay muchas otras actividades que se pueden desarrollar para poder continuar trabajando y tener recursos.
Tenemos todo un tema de los entendimientos regenerativos y hay una comunidad enorme que descubrimos con un curso que hicimos a través de Corfo que están con distintos entendimientos regenerativos de distintas índoles. Entonces, no solamente la extracción de la estolvera, del pompón es lo que se puede hacer. Nos queda seguir consolidando los programas que tenemos queremos seguir sumando actores en los programas lo que nos encantaría, por ejemplo es que con las organizaciones que trabajamos sean capaces de apalancar recursos que es algo que a veces nos ha tocado hacer a nosotros pero sería ideal que ellos también puedan hacerlo o con nuestro apoyo o sin nosotros y también ir sumando distintas miradas.
Yo creo que algo que cuesta bastante es esta articulación. En cada uno de los programas tratamos de conectar buscar alianza y buscar sentidos comunes. Ha sido un proceso que quizás nos ha costado y hemos tenido algunos tropiezos importantes pero cada vez vamos aprendiendo de cómo se busca mejor o se puede conectar mejor en esa alianza, cómo abordarla, cómo llegar y si uno pensara en estos propósitos uno de esos creo que es poder materializar y formalizar de mejor forma estos grupos que se están armando para los distintos temas que trabajamos no todos los hacemos nosotros sino que también adherimos a otras iniciativas pensando en este trabajo colaborativo como el que por ejemplo tenemos con la red de Tulvera, donde nosotros somos uno más y además ellos vienen haciendo este trabajo hace mucho tiempo y nosotros solamente estamos colaborando con ese proceso y también desde esa colaboración que tiene que ver con un área más técnica y nacional.
Tenemos un desafío importante en pensar en esta internacionalización de nuestros servicios con un trabajo evidente y materializado en otras ciudades posibles en Uruguay, en Argentina y en Chile y desde estas distintas realidades traer aprendizaje a la realidad nacional pero también con lo que se está haciendo acá y lo valioso que tenemos de las distintas experiencias que hemos conocido poder contribuir y compartirla con los otros países finalmente somos una cooperativa que si bien está respaldada por otros países la hemos ido construyendo como muy como de a poco y a pulso nos ha costado por ejemplo y también lo tenemos como desafío el tema de comunicaciones. Tenemos una necesidad de comunicar porque creemos que es muy importante y sobre todo para las iniciativas que nos interesa que sean de alta incidencia porque creemos que deberían ser abordadas pero como todo emprendimiento pequeño uno hace de todo entonces no siempre somos efectivos en esa área por ejemplo de la comunicación para incidir comunicación para poder estar contribuyendo con otros lugares.
El tema administrativo también ha sido, creemos, un desafío para este año: el poder tener todo ordenado con un plan estratégico que coincida con el tema económico. Pese a que tenemos una organización interna, financiera y contable bastante sana, sí vemos que es importante robustecerla aún más, tomando también todos los beneficios que conlleva ser una cooperativa de trabajo como es La Ciudad Posible.
El ser una cooperativa de trabajo —que es un tipo de cooperativa que presta servicios— para nosotros siempre fue importante. No solo convocamos a un negocio o a una figura jurídica para poder prestar servicios, sino que lo hicimos desde una construcción colectiva de sentido.
Entonces, esta expresión del cooperativismo, de compartir tanto los beneficios como las responsabilidades, nos hacía sentido como una forma de convocar y de tener un sello particular. Porque no somos una SPA, no somos una empresa solamente, ni tampoco somos totalmente una fundación. Queremos desarrollar ambos ámbitos, pero con esa implicancia de los profesionales y de quienes han sido parte, en distintos momentos, de La Ciudad Posible.
Creo que eso es un poco lo que nos define, porque no es solo filantropía: también hay un fin práctico. Entonces, la cooperativa también empuja eso. Si uno tiene una figura como una corporación o una fundación, existen restricciones en el reparto de utilidades. La cooperativa permite —no un reparto de utilidades como tal— sino que retiros; tiene algunas figuras y particularidades.
Pero también tiene ese sentido: el sentido de negocio, que no hay que verlo como algo negativo. A la vez, incluye todo este otro componente, además del control de que todos los socios mantengan el objetivo inicial. En eso somos bien estrictos. En general, buscamos montar una organización con una lógica empresarial, pero dándole sentido y coherencia que trascienda a todo el equipo desde la colaboración.
Creo que eso finalmente determina una forma de generar un desarrollo organizacional que permite un entorno y una relación con los distintos actores y relaciones humanas, que al menos a nosotros nos parecía muy importante. No queríamos tener uno o dos gerentes y muchos trabajadores, sino que queríamos armar un espacio colaborativo de cocreación, donde hubiera una motivación común.
Y nuevamente, muchas veces uno se pone grandes desafíos… ¿y qué mejor que cumplirlos entre muchos que están con esa misma aspiración?
Lo siguiente es que, hoy día, nosotros vemos que la cooperativa —que era una figura jurídica muy mermada y poco conocida, con una ley que recién estaba en discusión y desarrollo— ha sido levantada por distintas organizaciones públicas como una prioridad: en financiamiento, en su promoción, en el poder tener organizaciones que me permitan mejorar mi modelo de negocio, capacitarme, incluso acceder a inversión, desarrollo o internacionalización.
Estos han sido recursos que nosotros hemos obtenido, y sin duda le dan un impulso a organizaciones pequeñas como la nuestra para poder desarrollarnos de mejor forma como la organización que queremos y esperamos ser. Y así conocimos nuevas formas de innovar, crecer y emprender juntos.
Hablemos de Cooperar es un proyecto apoyado por Corfo y Patagonia Premium.