Semanas Musicales de Frutillar, Armonía que une al sur DE CHILE
Las Semanas Musicales de Frutillar 2026 consolidan su legado como uno de los eventos culturales más importantes del sur de Chile. Bajo la dirección de Karina Glasinovic, esta edición apuesta por la diversidad musical, la conexión comunitaria y la sostenibilidad cultural en un encuentro donde la música vuelve a ser identidad, memoria y emoción.
En Frutillar, donde el aire parece vibrar distinto cuando suena un piano, la música no es solo arte: es identidad. Allí, entre lagos y volcanes, Karina Glasinovic, pianista y actual presidenta de la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar, lidera con calma y convicción una de las tradiciones más queridas del sur de Chile. Su historia con este encuentro comienza hace años, cuando aún vivía en Osorno y conoció a Flora, la histórica directora y figura emblemática de la institución. “Conocerla a ella era conocer la música misma”, recuerda Karina en entrevista con VC Magazine.
Primero fue parte del directorio. Luego, casi naturalmente, asumió la presidencia. “Acepté porque sentí que era algo que debía hacer. Después de tantos años de trabajo y amor por la música, era una continuidad. Me mueve el deseo de hacer programas lindos, de conquistar al público y de invitar a más músicos a venir al sur”, cuenta con la serenidad de quien entiende que la cultura se construye con constancia y afecto.
La próxima edición de las Semanas Musicales de Frutillar se realizará entre el 27 de enero y el 4 de febrero de 2026, y promete una programación diversa que combina juventud y trayectoria. “Tuvimos más de 80 postulaciones para los conciertos de mediodía, un récord. Una comisión de músicos de la FACh, de la Orquesta Sinfónica y de nuestro directorio elige a los participantes. Me gusta reconocer tanto a quienes llevan años de trabajo como a los jóvenes que recién comienzan, e integrar a la comunidad regional”, explica.
La entrevista con VC Magazine avanza entre anécdotas y reflexiones. Karina subraya que la Corporación no se limita al Teatro del Lago. “Nos interesa mucho la comunidad. Llevamos música a lugares alejados, a vecinos que no siempre pueden acceder a conciertos. Hay algo profundamente humano en ver cómo una melodía puede conectar generaciones”, dice.
Y esa conexión se vive de verdad. Los conciertos gratuitos, las invitaciones a casas de adultos mayores y las actividades para niños pequeños, las que algunos tienen a penas tres años de edad, son parte del sello que distingue a las Semanas Musicales. “Ver a un niño en brazos de su abuelita disfrutando de su primer concierto es una de las imágenes más hermosas que tenemos”, comenta emocionada.
La iniciativa también ha explorado la relación entre música y salud mental. Karina recuerda experiencias conmovedoras con personas mayores y con quienes viven con Alzheimer. “La música les despierta recuerdos, emociones, sonrisas. Es una energía vital”, afirma.
Una programación que crece con el territorio
El espíritu de apertura también se refleja en la programación 2026. Habrá desde solistas jóvenes, como el ganador del prestigioso concurso internacional Claudio Arrau, de solo 19 años, hasta agrupaciones con larga trayectoria en materia musical. Entre los nombres destaca un acordeonista chileno que ha creado escuela en el país, un trío de violonchelo, piano y violín, conjuntos de guitarras, cantantes líricos y varias orquestas provenientes de distintos lugares de Chile.
Por primera vez, llegará una orquesta con más de 60 años de historia desde Antofagasta, un hecho que Karina celebra con orgullo. “Es emocionante ver cómo músicos viajan miles de kilómetros para compartir su arte en el sur. Tendremos además a la Orquesta de la Universidad Católica de Valparaíso, la Orquesta de Cámara de Concepción, la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y los conjuntos de la FACh. Es una fiesta musical que une regiones y generaciones”, comenta Glasinovic.
Cultura con raíz y sostenibilidad
La entrevista deriva, inevitablemente, en el valor que implica sostener un evento de esta magnitud. “Nuestro trabajo es ad honorem. Lo hacemos por amor a la música y al territorio”, aclara. Pero detrás de esa vocación hay también un esfuerzo colectivo que involucra apoyo público y privado como el Gobierno Regional de Los Lagos, la Municipalidad de Frutillar, el Ministerio de las Culturas y empresas colaboradoras como Nestlé, Kaufmann y Cecinas Llanquihue, entre otras. “Cada aporte cuenta. Todos los que quieran sumarse son bienvenidos. Pueden hacerlo con auspicios, donaciones o apoyo directo a la producción. Es una forma de mantener viva esta tradición”.
La invitación también se extiende a las empresas regionales que quieran asociar su nombre a la cultura. En redes sociales, la Corporación mantiene activa su cuenta @semanasmusicalesdefrutillar, donde se difunden noticias, artistas invitados y oportunidades de colaboración.
Antes de despedirse, Karina reflexiona sobre la dimensión humana de todo esto: “La música no solo embellece, también sana. Une a las familias, despierta emociones dormidas, nos vuelve más empáticos. En un mundo tan rápido, regalarse un momento para escuchar un concierto es casi un acto de resistencia”.
Las Semanas Musicales de Frutillar volverán, como cada verano, a llenar el sur de armonía. No solo de notas y aplausos, sino de encuentros y memorias compartidas. Porque, como dice Karina Glasinovic “cada vez que alguien se emociona con una melodía, la música vuelve a nacer”.