En una región donde las distancias marcan diferencias en el acceso a la salud, un grupo de
profesionales decidió cambiar la forma de ejercer la odontología.
Sur Acrópolis es una cooperativa dental en Puerto Montt que nació con el propósito de llevar atención odontológica a zonas rurales y personas vulnerables de la Región de Los Lagos. A través de un equipo móvil, voluntariado y talleres educativos, promueven una salud bucal accesible, comunitaria y con enfoque colaborativo.
Desde Puerto Montt, en la Región de Los Lagos, la cooperativa Sur Acrópolis ha logrado llevar la atención dental a comunidades remotas, combinando una vocación sanitaria con un fuerte eje filosófico de
voluntariado y trabajo colaborativo.
Sur Acrópolis nació del encuentro entre cuatro dentistas y un ingeniero unidos no solo por la profesión, sino por una visión común: transformar la salud bucal en una herramienta de servicio, inclusión y comunidad. La semilla de esta idea fue sembrada hace varios años, durante una actividad de voluntariado en la Isla Mayen. Allí, los profesionales viajaron por cuenta propia, con sus insumos, para atender a quienes no podían acceder fácilmente a una consulta. El impacto fue inmediato. La necesidad era real. Y también lo era la motivación para hacer algo más grande.
“Nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo distinto, algo más allá de nuestras consultas particulares. Fue ahí cuando surgió la idea de conformar una cooperativa”, relata Yanira Mansilla, odontóloga y una de las cofundadoras de Sur Acrópolis. Inspirados por un compañero ingeniero del grupo, comenzaron a explorar la posibilidad de adquirir equipos dentales móviles, postular a fondos de Sercotec y, sobre todo, entender qué significaba formar una cooperativa.
Constituirse legalmente no fue un camino fácil. Los desafíos administrativos, legales y organizacionales fueron enormes para profesionales acostumbrados a la práctica clínica. “El tema legal ha sido lo más desafiante. Desde los libros de actas hasta las reuniones obligatorias y los distintos roles que hay que asumir dentro de la cooperativa. Es algo que uno no está acostumbrado a hacer, y que requiere tiempo, esfuerzo y voluntad”, señala Yanira.
Gracias al liderazgo de Mauricio, director de la cooperativa, lograron capacitarse con especialistas y entender los marcos legales del cooperativismo. Fueron más de 18 horas de capacitación, financiadas en parte por fondos de Sercotec. La cooperativa se formalizó hace dos años y desde entonces no ha dejado de crecer, tanto en servicios como en propósito.
Hoy, Sur Acrópolis se compone de cinco socios: cuatro dentistas y un ingeniero. Cada uno mantiene su práctica particular, pero se comprometen a operar juntos en un modelo que les permite expandir sus capacidades. “Trabajar en equipo cambia todo. La consulta dental suele ser un espacio solitario. Pero al cooperar con colegas que conoces y confías, se genera otra armonía. Nos complementamos, nos motivamos y nos proyectamos juntos”, comenta Yanira.
Uno de los principales hitos de Sur Acrópolis ha sido la adquisición de un equipo dental móvil, que les permite llevar atención directa a territorios donde la salud bucal es muchas veces postergada. Gracias a esta modalidad, han logrado atender a más de 250 personas en sectores rurales y urbanos periféricos, desde Tepual hasta el interior de Los Muermos. Allí, en juntas de vecinos o directamente en domicilios, montan su consulta móvil y realizan tratamientos básicos como restauraciones, limpiezas, extracciones y prótesis.
“El móvil ha sido una solución concreta. Nos permite llegar a zonas alejadas y a pacientes con movilidad reducida. Hemos atendido a personas postradas en sus casas, en lo alto de cerros, donde nadie más llega. Y la recepción siempre ha sido muy buena”, destaca Yanira.
La organización logística depende en gran parte de la autogestión. Difunden su presencia en comunidades a través de flyers, contactos con juntas de vecinos y grupos de WhatsApp. Las personas agendan directamente por teléfono y coordinan su atención. Si va sola, Yanira establece un máximo de 10 atenciones por día; si va acompañada, pueden alcanzar hasta 20. Aunque el trabajo es intenso, la recompensa es clara: llevar salud donde más se necesita.
El eje del voluntariado sigue presente. Cada tres meses visitan un albergue en Puerto Montt donde atienden gratuitamente a personas en situación vulnerable. Allí realizan limpiezas, extracciones y otros tratamientos básicos, sin cobrar ni esperar retribución. También se han vinculado con jardines infantiles, donde Yanira realiza sesiones educativas con cuentos y peluches para enseñar salud bucal a niños y niñas.
“Para mí, educar también es prevenir. Es una forma de ampliar nuestro impacto. Y creo que puede convertirse en una línea de trabajo para la cooperativa, llevando talleres y jornadas educativas a más lugares”, explica.
Sur Acrópolis no se queda en el presente. Ya proyectan la habilitación de un box dental fijo en el centro de Puerto Montt, también financiado por Sercotec. Este espacio no solo permitirá ofrecer servicios con mayor equipamiento, sino que abrirá la puerta a una atención más integral. “Nuestro enfoque es sanitario, pero con un componente holístico.
Queremos incorporar medicina integrativa, con profesionales de otras áreas como kinesiólogos, psicólogos o médicos. Una atención que abarque al ser completo, no solo la boca”, dice Yanira con convicción.
La visión de largo plazo es ambiciosa pero profundamente humana: consolidarse como fuente de ingreso principal para sus socios, crecer en infraestructura, sumar nuevos cooperados y ampliar el modelo a otras comunas de la Región de Los Lagos. Ya se plantean abrir una sala de cirugía en Los Muermos, donde uno de los cooperados tiene presencia estable. La idea de tener sucursales —o más bien extensiones comunitarias de la misma misión— está sobre la mesa.
“El sueño es tener un grupo grande de personas trabajando con un eje en común, un centro médico más grande, con más espacios y más especialidades, pero siempre con el mismo espíritu. Queremos que más profesionales se sumen, que esto sea una red”, dice Yanira.
En este camino, la comunicación también importa. Actualmente están trabajando con una empresa de Santiago para profesionalizar sus redes sociales, especialmente Instagram, que es hoy su principal canal de contacto. Allí reciben consultas, solicitudes de atención y también el interés de otros profesionales. “Nos han escrito colegas interesados en sumarse, atraídos por nuestra visión filosófica. Eso nos da mucha esperanza”, añade.
Los fondos públicos han sido clave para el crecimiento de Sur Acrópolis. Gracias a Sercotec y Corfo, han podido financiar equipamiento, formación y ahora infraestructura. Aunque algunos proyectos debieron postergarse por temas logísticos, como la habilitación simultánea del box y el uso de un fondo de Corfo, ya están planificando cómo retomar estas iniciativas una vez consolidado su espacio en Puerto Montt.
La cooperativa se ha convertido, más allá de una organización legal, en un modelo de colaboración y propósito. “Uno se descubre a sí mismo trabajando en equipo. Descubres capacidades que no sabías que tenías, simplemente porque antes estabas solo. En la cooperativa entendí que al unirse, se pueden hacer grandes cosas”, concluye Yanira.
Desde el sur de Chile, Sur Acrópolis nos recuerda que las soluciones reales nacen cuando profesionales se atreven a cooperar, a salir de sus consultas, a recorrer caminos de tierra, a conversar con comunidades y a construir desde el territorio. Allí donde la salud es un derecho, pero el acceso sigue siendo un privilegio, la cooperativa marca una diferencia.
Porque cooperar, más que un modelo de negocio, es una forma de habitar el mundo.